Ángel Olaran demana que treguin el “MAI MÉS” dels arxius de l’ONU

“El 16 de febrer del 2021, d’una de les oficines de l’ONU va sortir un escrit, manifestant l’horror que estava produint a Tigray la violació de tanta dona. Mantenien que es tractava d’un horror, un dolor, terrors impossibles de superar…”. “…Ni s’ha sentit cap crítica per part d’homes, condemnant a aquells soldats-homes”. Per això, Ángel Olaran demana que treguin el “MAI MÉS” dels arxius de l’ONU, “Si l’ONU, a l’interior de tot el seu mecanisme, amb la Carta dels Drets Humans en mà, pot justificar crims d’aquesta talla, va sent hora que una comissió de savis del món, civils, apartidista, sense cap afiliació religiosa, faci sentir el seu criteri. Que treguin al carrer el “MAI MÉS” dels arxius de l’ONU, possiblement plens de pols”.

Escrit per Ángel Olaran

“Quien calla otorga”

El 16 de febrero del 2021, de una de las oficinas de la ONU salió un escrito, manifestando el horror que estaba produciendo en Tigray la violación a tanta mujer. Mantenían que se trataba de un horror, un dolor, terrores imposibles de superar. El escrito, una vez de haber cumplido con su misión de haber sido proclamado, debió de quedar perdido en alguna papelera de las muchas de la ONU, porque ese horror, ese terror, han sido superados con creces. Ignoro que haya constancia de grupo alguno de mujeres feministas o no, creyentes o no, de haber mantenido una línea fuerte de repulsa ante tanta violación a la que han sido sometidas, cientos, sino miles, mujeres: desde niñas a abuelas. Violación en algunos casos seguida del asesinato de la víctima. Ni se ha oído crítica alguna por parte de hombres, condenando a esos soldados- hombres. Creo que, difícilmente, podrá entender un hombre que, 20 de ellos, uno detrás de otro, violen habiendo conseguido una erección, con orgasmo incluido, con el cuerpo de una mujer temblando de miedo y terror, destrozado, humillado, dolorido. Supongo que, si alguno de ellos no se hubiera sentido satisfecho con ese cuerpo, ante las risas de sus colegas, la hubiera matado por inútil. Es de esperar que la batalla por la igualdad de género exija un mejor conocimiento de la crueldad a la que un hombre llega en semejantes ocasiones y se exija una educación sexual humana, sana para chicos desde su primera edad.

Se han podido oír críticas por parte de iglesias cristianas y otras. Pero nunca, ni siquiera al interior de Etiopía, seguidas de una propuesta oficial que siguiera de cerca tanto horror. ¿Está la soberanía nacional por encima de la soberanía de la Justicia?

Si la ONU, al interior de todo su mecanismo, con la Carta de los Derechos Humanos en mano, puede justificar crímenes de esta talla, está siendo hora de que una comisión de sabios del mundo, civiles, apartidista, sin afiliación religiosa alguna, haga oír su criterio. Que saquen a la calle el “NUNCA MÁS” de los archivos de la ONU, posiblemente llenos de polvo.

Abrazo,

Ángel

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