Ángel Olaran: ¿A quién preocupa los niños que están muriendo en Tigray?

La pregunta de Ángel Olaran: ¿A quién preocupa los niños que están muriendo en Tigray? es la que hace el misionero en esta publicación. En esta, se hace eco del comunicado del gobierno del Tigray, de la carta posterior que envió al Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, y de sus propias reflexiones desde Wukro acerca de que, según el padre Olaran, también unos muertos son más iguales que otros.

El misionero es contundente, tiene claro que «al Secretario General de la ONU no nos atrevemos a pedirle que sienta por nuestra gente aquí, la misma intensidad que siente por la población de Ucrania, pero, sí, al menos, la contundencia de sus amenazas». –En esta publicación recuerda la falta de apoyo humanitario internacional en Tigray como en un anterior escrito que decía que «Cada día sin llegar la ayuda aumenta este crimen humanitario en Tigray».

Escrito por Ángel Olaran desde Wukro, Tigray:

Otro capítulo más de la saga

Se ha comenzado la semana – 12 de abril y después – con bien pie, con el escueto comunicado del gobierno tigriño:

El ejército tigriño se retira de la región Afar con unas condiciones previas a comenzar a cumplirse en el plazo de 10 días. La primera: Dado el fallo del convenio actual, la llegada de comida y combustible, a la que otras irán siguiendo, como apertura de bancos, fronteras físicas… Los tigriños han comenzado a llegar a casa y los primeros 48 camiones deben de estar ya cerca de Tigray.

También se oye comentar que hay en marcha un encuentro internacional con 3 países africanos, el norteamericano y otros – para algo que tiene que ver con Tigray –.

Y algo más serio aún: que generales del ejército federal y del tigriño están manteniendo conversaciones. A este paso vamos a dejar a Ucrania fuera de los noticiarios.

Hoy 17 de abril es noticia callejera común que los 48 camiones han llegado ya a Mekelle. La próxima entrega aún está por ser aprobada. Claro que, teniendo en cuenta los problemas que se están creando en el abastecimiento mundial, dado que Ucrania no puede exportar sus cereales, nos obliga moralmente a no ser muy exigentes con las migajas que nos deben corresponder en el reparto, a pesar de que, una vez más, la sequía ha afectado a Etiopía, Somalia y Kenia.

Hoy, día 18 de abril, en Wukro se han visto pasar camiones humanitarios hacia el norte, algunos calculan que unos 20. Todo un acontecimiento. En total han llegado a Tigray 70 camiones de los 2.520 que tenían que haber sido desde la firma del convenio. ¿A cuántos habrá costado la vida este desfase? ¿Cuántos habrán pasado el punto de no retorno, quedándoles una inhumana agonía? – por mucho que en sus casas nunca les faltará la compañía familiar – nunca se encontrarán solos. Y los niños que, por falta de esa alimentación mínimamente adecuada, no conseguirán el desarrollo necesario de sus cerebros antes de llegar a sus 5 años. ¿Y los ancianos? ¿Las mujeres embarazadas?  ¿Y. . .?

Carta del Gobierno del Tigray (parte 2 de la saga)

Volviendo al escueto comunicado del gobierno tigriño al comienzo de esta publicación, hoy 21 de abril, en una carta que el Presidente del Tigray ha dirigido al Secretario General de la ONU, António Guterres, le acusa de no haber sido honrado, o algo del estilo, con su posición ante el gobierno del Tigray, cuando hacia finales de diciembre de 2021, las tropas tigriñas se encontraban a tiro de artillería de Addis Abeba. Siguiendo orientaciones de la ONU, los EE.UU, los tigriños optaron por volver a Tigray y lo hicieron sin encuentro bélico alguno – 3 de nuestros jóvenes huérfanos se encontraban allí, y nos comentaban que no entendieron por qué se les hizo volver. El plan tigriño no era conquistar Addis Abeba, sino asegurar la libre entrada a Tigray. Cada kilómetro que los tigriños retrocedían era presentado a la población nacional como una victoria del ejército federal.

Dado que, el gobierno federal, no ha tomado iniciativa alguna favoreciendo la entrada de ningún tipo de servicios, ni siquiera de ayuda humanitaria, aparte de 70 camiones, así como de la pasividad durante este tiempo del Secretario General, el Presidente de Tigray menciona que se van a ver forzados a tomar sus propias decisiones, entre otras razones, pensamos, porque se están acercando las lluvias de julio y agosto, y sería desastroso, si los campesinos, que comportan el 85 % de la población, no tuvieran posibilidad de cultivar sus campos. Han pasado ya 5 días de la entrega de la carta, y, hasta el momento, no parece haber reacción alguna por parte del Sr. Guterres, ni de la UA, la UE. . . ni de la prensa internacional. Estamos ya a día 24 de abril, al atardecer y continuamos “sin novedad en el frente”.

Uno no puede menos que recordar la angustia del mencionado Secretario General de la ONU, hace menos de 2 semanas, solicitando del gobierno ruso la apertura de 4 corredores humanitarios en 4 ciudades de Ucrania. No nos atrevemos a pedirle que sienta por nuestra gente aquí, la misma intensidad que siente por la población de Ucrania, pero, sí, al menos, la contundencia de sus amenazas. ¡En qué manos estamos! Es tan absurdo todo ese montaje, que de repente, me ha entrado como un remordimiento al sentirme necesitado de comparar el sufrimiento de unos con el de otros – como si ellos, las víctimas fueran las causantes de sus muertes – y los sentimientos que ello comporta. Ya los Derechos Humanos no cuentan. Solo si los que sufren cuentan con un plus, que no tiene nada que ver con los horrores que les están haciendo sufrir, su situación será atendida: un plus, por ejemplo: el que la seguridad de Europa tenga algo que ver con la causa de esas muertes, eso justifica su compromiso al 100, incluyendo la “veracidad” del horror que esas muertes les causan – veracidad con la que, por otra parte, demuestran la falta de principios humanos de la contraparte – los que matan. Y de aquí, esta mala pregunta que no deja de molestar: ¿es honrada, o al menos, desinteresada, la preocupación del entorno de la Nato por los ucranianos?

También unos muertos son más iguales que otros

Con todo respeto que se merece cada una de las personas que, por razones ajenas a la salud o accidentes, han muerto, más bien, se les ha matado, también la manera de narrar, incluso de ignorar, los acontecimientos de sus muertes, es un reflejo de qué muertos se va a tratar.

Uno que nos toca muy de cerca, independientemente de nacionalidad o de estado social, son los que mueren debido al covid-19. Ayer, 17 de abril, en un noticiario internacional, se expresó el mal sentir, al parecer generalizado, al comunicarse que los muertos por el covid-19, son 8 millones más de los ya estimados, llegando a los veintitantos millones. Los comentarios no tenían desperdicio. En ello, ninguna crítica a las farmacéuticas, a pesar de sus beneficios millonarios; ni a la UE por haber pagado, por adelantado, los trabajos de laboratorio para obtener la vacuna necesaria. . . Hasta ahí bien.

Pero hay más muertos, muchos más – los que pertenecen al desecho de la humanidad, por aparcados socialmente, ninguneados, incluso ya de muertos: los incluidos en la ya fatídica, mítica cifra de los 150.000 que mueren diariamente porque se les niega lo más mínimo vital; lo que ni siquiera supone un presupuesto. Que entre los 150.000, al día mueran 30.000 más o 30,000 menos, no es noticia; no tienen nada que ver con un virus que ya nos trae locos en Europa.

Siempre que un anciano, un niño, una persona que pertenece a un pueblo geográficamente sano, muere a causa de una guerra, una parte de la humanidad los exalta, los eleva, con todo derecho por parte de las víctimas, a los “altares sociales”. Para matar, con perdón, una de esas víctimas no ha escaseado millones de euros. Estos muertos son contados y por unidades, dejando claro cuántos son niños, ancianos…

Y aquí entran en escena los matados en pueblos geográficamente ignorados, a los que la sociedad, ya inconscientemente, los tiene como “menos iguales”. En Tigray, hace días que se calculaba, ya que las víctimas civiles, habían superado el medio millón de personas. Y se exponía, por enésima vez, que mientras no se abran las “fronteras” ficticias, levantadas desde Addis Abeba y aceptadas por todo el personal que vive gracias a sus puestos en la ONU, la UA, la EU, el BM, el FMI, OMC, OMT. . . por unos costes tan ridículos como una ronda de cervezas para SUS SEÑORÍAS, muchas de esas muertes seguirán ocurriendo. Y, seguirán ocurriendo dado que la Soberanía Nacional, sigue estando por encima de la Soberanía Alimentaria y por encima de toda clase de crímenes que se comenten, bajo esa Soberanía Nacional, condenados en la Carta de los Derechos Humanos. –Referente a la Soberanía Nacional y la Soberanía Alimentaria, puedes leer un par de publicaciones anteriores. La primera en la que Ángel Olaran dice que «Defienden el Derecho a su Soberanía Nacional aun cuando se cometen crímenes de guerra». La segunda, en la que manifiesta que «Negar el Derecho a la Soberanía Alimentaria es un crimen contra la Humanidad».–

¿A quién preocupa los niños que están muriendo en Tigray? ¿Cambiaría en algo la atención entre los miembros de las UE si mañana se publicara que, en los últimos 6 meses, han pasado de, solo es un ejemplo, 200.000 los niños que han muerto aquí por falta de un poco de comida?

Es horroroso que un niño se acueste y una bomba lo mate en su sueño. Es doloroso seguir el proceso, la lenta agonía, de un niño que se va muriendo sin expresión alguna en su cara. Te mira, pero no sabes si te ve, ni si piensa en algo. Solo con que su madre hubiera podido comer algo de injera y poco más, su pecho hubiera cambiado la condición del niño. El presupuesto no tiene nada que ver con lo que cuesta matar un niño en otros lugares. –Puedes leer un escrito anterior en el que Ángel Olaran afirma que a una persona es más barato alimentarla que matarla.–

Sería muy recomendable que las madres y posibles abuelas que se dedican profesionalmente a la política, la economía, la farmacéutica. . . algunas con posiciones inmejorables y con mucho poder, autoridad, seguridad, incluso desparpajo si procediera, organizaran manifestaciones en favor de estos niños y contra sus propias instituciones, oficinas, partidos, gobiernos. . . si fuera posible acompañadas de sus hijos y nietos menores de 5 años, o al menos de alguna foto. O siguiendo con la analogía de los “MÁS IGUALES QUE OTROS”, ¿será que ya se consideran entre “LOS MÁS IGUALES” en relación con el Género? ¡Mal lo tendríamos!

Un fuerte abrazo.

Ángel

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