Reconstruyendo esperanzas: El compromiso de Ángel Olaran con Tigray

En esta publicación que hemos titulado reconstruyendo esperanzas: El compromiso de Ángel Olaran con Tigray, compartimos un mensaje emotivo y apasionado del padre Olaran, dirigido a nuestra comunidad, donde nos recuerda la labor humanitaria que ha estado llevando a cabo durante más de 30 años en aquella región del norte de Etiopía, así como las dificultades y desafíos que enfrenta la población allí, especialmente las mujeres y los niños. Una historia de humanidad, dedicación y esperanza.

En un mundo donde la indiferencia y el abandono a menudo reinan, el misionero vasco desafía estas sombrías realidades con un compromiso inquebrantable hacia los más necesitados. Es un estilo de vida arraigado en el corazón de aquellos que ven la injusticia y actúan. Durante más de tres décadas, ha estado extendiendo sus manos para cuidar de ancianos, huérfanos y enfermos en situaciones desesperadas. Su labor, un modelo piloto en Tigray, ha sido un faro de esperanza en medio de la oscuridad.

Pero esta historia va más allá de los números y los logros. Nos lleva a un viaje emocional, donde el sufrimiento y la resistencia se entrelazan en una lucha por la dignidad humana. Desde el conflicto bélico en Bosnia hasta los horrores vividos en Tigray, se nos recuerda la crueldad que puede infligir el ser humano. Sin embargo, también se nos muestra la fuerza y la solidaridad que pueden surgir en respuesta a la adversidad.

El silencio ensordecedor de las instituciones internacionales ante el sufrimiento de miles de mujeres en Tigray es un recordatorio doloroso de la negligencia y la falta de empatía que a menudo prevalecen en el mundo. Pero en medio de esta desolación, hay una luz de esperanza. Un pequeño gesto de apoyo puede marcar la diferencia en la vida de aquellos que luchan por sobrevivir.

Ángel Olaran (‘Abba Melaku’) expresa su frustración por la falta de atención internacional hacia esta crisis humanitaria y hace una llamada a la acción, instando a unirse a él en su causa para continuar ayudando a los más necesitados. Además, destaca la importancia de la solidaridad y el apoyo mutuo en tiempos difíciles. El padre Olaran nos invita a ser parte de esta historia. A unirse aquellos que están dispuestos a levantar la voz y extender la mano a los abandonados, ignorados y olvidados. Porque en un mundo donde la compasión es escasa, cada acto de bondad cuenta.

Escrito de Ángel Olaran

“Envío un saludo a todos vosotros amigos y algunos no amigos de roce, pero sí por compromiso ante la vida, la necesidad, el abandonado.

Sabéis llevamos más de 30 años que comenzamos a echar una mano a ancianos, huérfanos, enfermos necesitados de cuidados especiales, en situaciones de emergencia. Este servicio con la garantía de los años es un modelo piloto en la región de Tigray, incluso en la nación.

Posiblemente, nos hayamos acostumbrado a oír: huérfanos, ancianos. . . El presupuesto anual gira alrededor de los 250.000 euros. Parte del apoyo, que nos llega gracias a vosotros a través de la Fundación, lo utilizamos para cubrirlo. Ese apoyo lo considero esencial.

Este año pasado, tuve ocasión de participar en los ‘Reconeixements ÀNIMA’, al que acudieron dos jóvenes bosnias, representando a las que, durante el conflicto bélico en su país, fueron abusadas, humilladas, destrozadas en lo más íntimo de su condición femenina. Despertaron en mí, la misma situación a la que fueron sometidas miles de mujeres, desde niñas hasta abuelas, durante el conflicto bélico en Tigray, reavivando el sentimiento de repulsa hacia esa parte de género masculino de la Humanidad que, hasta los animales rechazan ante una hembra en celo. Aún no ha habido una declaración sentida por Institución alguna, sobre lo ocurrido a tantos miles de mujeres en Tigray. Ni se espera.

Dadas las crueldades humanas que ha sufrido la población tigriña, especialmente las mujeres, desde niñas a abuelas, nos hallamos más cerca de un grupo de ellas. Creemos que para romper ese miedo que algunas puedan tener para acercarse a la población, la medida más adecuada es ofrecerles algún tipo de microcrédito que les haga relacionarse comercialmente con esta.

La población de Tigray, así como sus representantes, están agradecidos por el contenedor, con material hospitalario que llegó a Wukro. Desde la concepción de la idea hasta su realización es iniciativa gratuita de personas interesadas. Agradecemos vuestra solidaridad enviando material hospitalario. A ningún gobierno, institución internacional, los de alfombra roja, se le puede ocurrir gestionar el envío de tanto material hospitalario abandonado en almacenes. Están ocupados en enviar armas genocidas, ya a nivel cósmico.

En otra línea, pero también inhumana, el cacareado silencio de estas sacras instituciones, ante la falta de llegada de la ridícula ayuda humanitaria, poco más de 15 kg trigo persona/mes. En noviembre del año pasado llegó a Wukro trigo para apoyar 15.000 personas, solo durante un mes, en una población de 74.000. Después de eso nada ha entrado en Wukro, y más de un año ha pasado entre esta última y la anterior.

Como comentaba, el que no llegue la ayuda humanitaria, es una acusación cósmica contra UE y allegados. Nos queda el consuelo de «La historia los juzgará». Hagamos ya parte de esa historia y comencemos a juzgar esta hoy, apoyando según nuestras posibilidades económicas. Sigue habiendo niños que van sin desayunar a la escuela, que mal comen el resto del día. Me imagino la preocupación de cualquier madre de ahí, cuya/o hija/o, haya tenido que ir a la escuela en ayunas.

Hoy por hoy, la pelota está en el campo de los civiles, de los de a pie. De vosotros que me estáis leyendo. Si tienes la fortuna de llegar a personas abandonadas, ignoradas, olvidadas, cuyas vidas son tan anónimas como sus muertes, para cuando te das cuenta sientes admiración y respeto por ellas.

Os agradecemos que podamos seguir apoyando. Hemos recibido proyectos que pronto comenzaremos a implementarlos.

Ángel»

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