Miquel Pujol lee el mensaje del Padre Olaran en el acto de entrega del Ànima
En representación de la Fundación CIS Ángel Olaran, Miquel Pujol lee el mensaje del padre Olaran en el acto de entrega del Ànima Abba Melaku que se llevó a cabo el 3 de diciembre en el Teatre L’Amistat de Mollerussa.
El misionero vasco, que siempre había estado presente en todas las ediciones anteriores de los ‘Reconeixements Ànima’, esta vez envió un escrito desde Etiopía.
Ángel Olaran – escrito para los VI Reconeixements Ànima
Muy estimada Sra. Amina Hussein,
Queridos amigos y colaboradores,
Llevo ya días unidos a todos vosotros en este emotivo reconocimiento a la Sra. Amina Hussein y al grupo de mujeres que componen el pueblo de Jinwar.
Cuando algo nos motiva, ni la imaginación, ni la ilusión, ni el interés nos faltarán, como es vuestro empeño en que la Humanidad destruya el muro de paternalismo.
Por mi parte llevo ya algo más de 5 semanas a solo 800 km para llegar a mi destino geográfico, aunque mental y espiritualmente nunca haya salido de ese entorno.
Me imagino que, a mi llegada que, en principio parece estar cercana, necesitaremos un tiempo para saludarnos, visitarnos, sentirnos, dejando que los minutos, los instantes por su cuenta vayan hilando nuestros pasos futuros – como alguien lo decía ya.
Para los pasos más grandes, aún dependemos de un acuerdo político entre las partes en litigio. Y esa espera se presenta muy incierta: si se tomaran más en serio las conversaciones entre los dos gobiernos, se podría llegar pronto a un compromiso político; si por el contrario va a depender de lo que ocurra en los campos de batalla, será difícil predecir – nunca faltarán armas -de lo que, estados europeos, el español incluido y otros seguirán beneficiándose.
Estas conversaciones políticas que se presentaban promisorias parecen estar decayendo ante la crecida de las batallas de los 5 frentes.
La economía nacional va decayendo aceleradamente; los precios que afectan economía familiar subiendo abusivamente. Con todo, instituciones como el Consejo de Seguridad y otros que, en la misma línea, hablan con autoridad sobre dicha seguridad, no se deben de sentir en la obligación de decretar el embargo de armas. Ni de contrarrestar los derechos de la Soberanía nacional, con los crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y de lesa humanidad, que se cometen al interior de una nación soberana.
En nuestro caso, por decisión política interna, hace ya un año que se han cerrado todo tipo de fronteras con Tigray: a la comida, la medicación, productos sanitarios y otros de primera urgencia, combustible, acceso por aire y carretera, cortes de comunicación telefónica, y de internet; los bancos siguen cerrados: En casi toda la región se llevan más de 6 meses sin poder pagar salarios. Personas con afecciones crónicas mueren por falta de atención médica y de una alimentación mínimamente adecuada; del hospital de Wukro hace un par de semanas comunicaban que en 20 días habían muerto 16 niños.
A día de hoy se sigue bombardeando presas hidráulicas, residencias de vecinos, empresas., huertos… Son medidas que afectan directamente a toda la población civil del Tigray, estipulada en 7 millones de personas.
No creo que sea el momento de entrar en detalles políticos u otros de las razones, si las hay, del conflicto.
Dice el refrán africano: «cuando dos elefantes se atacan, sufre la yerba».
Estamos limitados a seguir recaudando dinero para enviarlo a la primera ocasión. Y dinero nos va a hacer falta, ya que, desde mantas, hornillos, azadas, ropa, comida, puertas . . . vamos a necesitar de todo. Proyectos más grandes comenzarán a llegar a su tiempo.
Que Dios ilumine la humildad y el sentir del bien común, de los que saben que llevan, sobre sus espaldas, el peso de la Humanidad.
Ángel Olaran