Ángel Olaran: Serán tan pobres los ricos como…?

El misionero vasco reflexiona sobre la situación actual con la pandemia del Covid-19 como protagonista en en la economía mundial, y pregunta el Padre Ángel Olaran: ¿Serán tan pobres los ricos como…?

Ángel Olaran: ¿Serán tan pobres los ricos como...?

Escrito íntegro de Ángel Olaran: ¿Seran tan pobres los ricos como…?

De nuevo el Covid-19 es el protagonista mundial. Será que es más inteligente que nosotros, o que somos incapaces de aunar esfuerzos, intereses, recursos, confianza mutua. . . para enfrentarnos a el de manera lúcida que nos tranquilice a todos.

La incompetencia de los que se han auto otorgado el derecho a tomar decisiones sociales, económicas frente a el, raya la mezquindad, gritándose entre ellos, al margen de la preocupación de los que les han ofrecido su confianza con sus votos.

En el apartado NEGOCIOS – El País 23-08-20, en portada, la periodista Lola Galván, sin más preámbulos informa “. . . El Covid-19 eleva la fortuna de los milmillonarios mientras reduce la economía global”. Y más adelante: “El número de millonarios se está triplicando desde 2010. . . En el encuentro de Bloomberg, los 20 primeros ricos del mundo tenían 1,2 billones de dólares, antes de que estallase la pandemia. Ahora por obra y gracia de unas Bolsas, aparentemente inmunes a la crisis, tienen 300.000 millones más”. Y afirma que, dentro del Estado Español, “Los milmillonarios vieron aumentar sus fortunas en 19.200 millones de euros, entre mediados de marzo y primeros de junio”. Esto confirma el saber hacer de estos potentados, dado que, desde que comenzó el s. XXI su número casi es 4 veces más. Enhorabuena.

Hay un baile de números, todos al alza, entre milmillonarios y millonarios. . . En España hay 11.000 más que el año pasado. . . apuntando que España es uno de los países donde más ha crecido el número  de los grandes patrimonios. Bueno es saber que, no sólo en fútbol es buena.

No cabe duda de que los ricos son tan pobres que tienen que recurrir a la miseria de otros para que, quitándoles su “pan de cada día”  (posiblemente sea una lectura errónea del “Tuve hambre y me diste de comer”, así como del ”No hay mal que por bien no venga”)  puedan subir en la escala del ranking mundial de los potentados ¿Puede haber mayor miserable que el que se enriquece de la miseria de los destituidos, los desechos? Tentador no mencionar aquel otro dicho del Patrono de España: “Os estáis cebando para el día de la matanza”, suena como a indigno en el corazón de un santo –El Santo, para muchos españoles de pro.

Saben que en su carrera hacia lo más inhumano cuentan con el incondicional apoyo de las instituciones democráticamente nombradas. Las Constituciones de sus respectivos países les aplauden y más si hacen gestos caritativos de envergadura.

Cita a Antonio Garrido Walker. “La concentración del poder económico cada vez en menos manos, es el tema más grave de estos momentos, junto al fracaso del modelo democrático. Estamos en un cambio total en cuanto al modelo de economía y política”.

Referente a publicaciones

Por su parte, la revista Noticias Obreras, junio 2020, en su artículo: La incapacidad de la Unión Europea, Francisco Porcar en su análisis afirma: “La incapacidad de la UE para orientarse a políticas realmente solidarias y que protejan a los más vulnerados frente a la situación creada por la pandemia del Covid-19, no es algo coyuntural sino estructural. La UE no está concebida para la solidaridad y la justicia social, sino para la competencia y los negocios sin restricciones. Los estados no cumplen con su función de redistribuir con justicia la riqueza social”.

También cita a Thomas Piketty: “La negativa a debatir racionalmente sobre la fiscalidad progresiva de la riqueza, y en concreto, el discurso que defiende que es estrictamente imposible someter a tributación a las grandes fortunas, de modo que las clases medias y populares están condenadas a pagar en su lugar, es una opción política extremadamente peligrosa”.

La misma revista en su Mundialización: los empobrecidos y el amor en el mundo, expone: “Esta pandemia ha puesto al descubierto de la manera más cruel la extraordinaria precariedad e injusticia de nuestro mundo laboral. Es la destrucción de los medios de vida en la economía informal, donde 6 de cada 10 trabajadores se ganan la vida”.

Lo expuesto por estos periodistas de manera más profesional, es de conocimiento común en nuestras casas, calles, lugares de trabajo, donde se sufren los despidos injustificados, los contratos y sueldos basura: contratos laborales de hasta unas pocas horas; contratos de sustitución, para 15 días a profesionales a más de 500 km de sus casas, con la carga de viajes, renta, comidas; engaños en los contratos a los que se presentan para una oferta de trabajo, una vez conseguido el puesto a los 3 meses los echan, para comenzar de nuevo con el anuncio de puestos de trabajo y mantener los sueldos a niveles inhumanos.

Mirada retrospectiva

Mirando atrás, siempre nos queda el consuelo de “En peores plazas hemos toreado”. La recesión de primeros del s. XX; los años de después del desastre de la segunda guerra mundial. Allá por los años 70 del s. XX, siempre dentro de mismo sistema capitalista-liberal, se dio un paso muy grande, llegando a la sociedad del bienestar, donde los de a pie podíamos codearnos con los potentados: dos casas, varios coches por familia, vacaciones de postín -el mundo se nos quedaba pequeño. . .

La Unión Europea

La UE había cargado con tantos y tantos millones euros el barco de la economía española, capitaneada por la BANCA, que por su mala gestión, echando euros a espuertas, crearon tantos boquetes en el barco que, al final se hundió. Los únicos que se salvaron fueron los capitanes y sus camaradas políticos a fuerza de dejar sin salvavidas a la tripulación y pasajeros. Y con tanta maldad que, forzados por normas de Ángela y el homólogo francés de turno, que dictaban desde la cátedra de la EU, son los pasajeros y la tripulación los encargados de arreglar el barco. Fue un sueño –el mundo proletario se acercaba al profesional-. De repente el mundo profesional se hunde en el del proletario, y el sueño se convierte en pesadilla, de la que aún no nos hemos recuperado.

Y cuando se comenzaba a dar unos pasitos, una vez más, mal orientados por los mismos capitanes y camaradas, el COVID-19 entre en escena, pero como si nada, ahí siguen los mismos capitanes y sus secuaces, perdón, camaradas, con los mismos principios. Y una vez más, como mostrado ya, sirviéndose de la miseria de los de abajo, se aseguran beneficios millonarios, a costa de esta, dando la impresión de que no quieren escuchar a quienes les ofrecen principios basados en justicia social, -justicia tributaria- por lo visto demasiado arriesgado para sus beneficios y puestos políticos.

Y aquí, en este punto, en Occidente, se acaba la Historia del Mundo –el mundial-.

Me atrevo a meter en el escenario Occidental a los que viven en el anexo, como fuera. Esos cuya materia prima es la fuente de nuestra economía.

Los 150.000 arrinconados asintomáticos

Además de asintomáticos, no contagian, no hacen ruido. . . mueren sin más. En Occidente la muerte nos aterra, es noticia: ´hoy los muertos han sido tantos. . .´´ y eso todos los días en las noticias, 24 horas al día. Ni una sola vez se ha oído decir: ´Hoy por falta de lo más básico, en nuestra aldea global, han muerto 150.000 personas, de ellas 20.000 eran niñas/os´.

Quiero expresar los sentimientos de una, uno de estos ancianos, ancianas, en el proceso de su muerte, con acogida en el hospital, en una cama limpia, con enfermeras, médicos a su alrededor, mirándole, tocándole, preguntándole. . . con caras serias o sonrientes según su estado. . . algo raramente experimentado en su ancianidad – además de tener asegurados el desayuno, comida y cena. Todo un lujo. Se da cuenta, que en su enfermedad, que posiblemente será su muerte, invierten en ella más dinero que en sus días sanos en su casa. Seguimos con el todo un lujo.

No sería raro que le pidiera a Dios que se lo llevara con ese buen sabor de boca, antes de tener que volver a su casa. Posiblemente en alguna ocasión algunos extranjeros la hayan visitado en su casa, la hayan acariciado, se hayan sacado fotos con ella, en esa su estancia convertida en un museo de miseria, pero esperando, posiblemente rezando para que esas visitas, no  se hayan  perdido lo mejor, que se hayan dado cuenta que no se encontraba humillada ante nadie, que la piedra que les ofrecía como silla, tenía un valor humano, específico, superior al de los caros sillones de otras casas; que su bandeja, que nunca ofrecía la suficiente comida como para saciar las necesidades de los que la compartían sin avidez alguna, ha podido servir de mesa en la que no faltaban las bendiciones divinas ni el calor humano, ni el sentido de fiesta. Su casa estaba vacía de todo mobiliario, pero su sonrisa, su acogida hacía que no faltara nada. Al final su oración era: que no me recuerden por las fotos, que me lleven en sus corazones por estos momentos vividos en este templo de dignidad.

Dada la naturaleza de mi trabajo, en Tanzania he sido invitado a participar en varios cientos se esas comidas con sabor a humanidad, arropados por el maternal abrazo divino.

Y si encima fueron víctimas del COVID, ahí echaron el resto. Su cama era como su trono: trato único, como al mejor; enfermeros y médicos a sus pies; delicadeza y dedicación total. . . que más puede esperar uno a sus años.

Última hora

Un último detalle: Nos da la impresión de que El Covid, participando de la conciencia de la creación, se ha dado cuenta de que sin su presencia activa tenemos ya suficientes problemas y se mantiene a raya. Sabe que, por falta de unos pocos chaparrones finales al acabar de estación de lluvias, muchas familias no han llegado ni a tener una cosecha media. Según noticias oficiales en este país 15 millones de personas necesitarán apoyo alimentario, bastantes de ellas del entorno de Wukro; por otra parte, la langosta, en nubes de millones anda ya por nuestra región del Tigray, arrasando allá por donde pasan. La hemos tenido a 3 km de Wukro, pero de alguna manera cambiaron de dirección y no entraron aquí. Bien para nosotros, mal por los que la sufrieron. Pero, debe de haber una docena de estas “nubes”. Nuestra preparación consiste en tener cubiertas viejas de coches, camiones con algunos litros de keroseno para producir humo que las espante, a la vez que sacar todo el ruido posible. La colaboración de la población es encomiable: camiones preparados para la ocasión, llenos de jóvenes, gente con fuerza, se acercan a los lugares, espantándola.

Y de repente, uno se acuerda del nuevo plan organizado por la ONU para el “Sostenimiento de la economía familiar de los campesinos”, para los próximos 10 años (2020-2029) y se pregunta, ¿Se habrán enterado de la langosta, de la mala cosecha que va a afectar la vida de 15 millones de personas? Eso solo en Etiopía. Posiblemente estén muy ocupados en crear planes estratégicos y otros y no hayan tenido tiempo para estas menudencias. Podemos admitir que el 80% del presupuesto se vaya en esos trabajos, pero creemos que, si esas migajas que caen de la mesa de los señores, ese 20% se empleara justamente, aún podrían aliviar a muchas familias en el mundo.

El papel de la ONU

Nuestro peor enemigo no es el Covid, ni la escasez de lluvias, ni la langosta. Sigue siendo la economía global y la falta de responsabilidad por parte de la ONU.

Mencionando la ONU, confiamos que las promesas hechas por  Secretario General, António Guterres, no se sabe para quién, posiblemente de cara a la galería, se estén llevando a cabo: el 09-06-20, después de leer una lista negra de todas las calamidades que el Covid-19 va a suponer para los del último vagón, incluso para los que no han tenido cabida en el mismo. . . prometiendo: “crear un mundo inclusivo y sostenible. . . propiciando un acceso más inclusivo a alimentos sanos y nutritivos para poder erradicar el hambre. . . (¿se habrán enterado los que buscan el sustento diario en los basureros?).

Pocos días antes de esta proclamación del Secretario General, el Banco Mundial ofreció 160.000 millones de dólares para paliar los desastres del Covid-19. ¡Si al menos llegara ese 20% a su destino! Espero que haya afectados por el desastre que estén recibiendo esa ayuda. Aquí aún seguimos pidiendo apoyo de una esquina y otra: a ONG, amigos, parroquias. . .

No hay duda de que son los pobres los que salvan los valores más humanos y de que al interior de las iglesias de diferentes denominaciones, no sabemos qué hacer con muchos “decretos” de Jesús: lo que hicisteis a uno de estos pequeños, me lo hicisteis a mí; las prostitutas os precederán en el Reino de los Cielos; sed misericordiosos como vuestro Padre celestial es misericordioso. Y tantos otros.

Ángel

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