El CIS Ángel Olaran dejó atrás una semana intensa en la que las emociones estuvieron a flor de piel gracias a la estancia con nosotros del misionero Ángel Olaran acompañado por 11 niños y niñas y 3 monitores, todos ellos etíopes, que aprovecharon el viaje programado para recoger un premio deportivo en Madrid para conocernos y, a su vez, vivir nuevas experiencias.
Desde la Fundación se organizaron actos culturales y actividades lúdicas que acabaron llenando de vida a los niños y niñas y pudieron disfrutar de momentos inimaginables para ellos. Nuestras cosas del día a día y rutinarias eran para ellos todo una novedad, y a menudo, una sorpresa. Sus caras lo escenificaban en cada momento. Sus sonrisas habituales eran más generosas que nunca e iban acompañadas con aquella mirada tan expresiva de no saber lo que estaba sucediendo.
No hay ninguna duda de que la satisfacción es muy grande y no tiene precio cuando el esfuerzo que se hace para hacer felices a estos niños queda sobradamente compensado por las expresiones de alegría de sus caras acompañadas por la gratitud que demuestran en todo momento, abriéndonos su corazón y entregándonos su ánima, porque es lo máximo que nos pueden dar, y que es mucho para nosotros. A veces no lo valoramos lo suficiente y lo tendríamos que hacer más a menudo y de forma ‘obligatoria’.
Desde su llegada a Mollerussa el día 17 de septiembre a media tarde y hasta el último segundo del 24 por la mañana con su partida hacia San Sebastián, hemos aprovechado al máximo cada instante, como si el tiempo se hubiese parado, como si quisiésemos que lo descubrieran todo, que lo disfrutaran todo y que se pudieran llevar todos los recuerdos posibles para que su vuelta a la realidad no se convirtiera en nostalgia sino en ganas y en mucha ilusión para luchar, para hacer que su mundo sea mejor.
Para nosotros, su visita nos ha permitido tener más claro que nunca que seguiremos dándoles todo nuestro apoyo y ayuda. Seguiremos estando a su lado, haciendo proyectos para reducir las dificultades que tienen y dignificándoles su vida. No puede ser que el mundo no sea más justo. Toca cambiarlo o, por lo menos, intentarlo. Los niños y niñas que vinieron, y los otros tantos que no tuvieron esta posibilidad, se lo merecen.
Uno de los muchos mensajes que nos dejó el misionero Ángel Olaran durante estos días fue que “se tendría de ser justo ahora con Etiopía para compensar la riqueza que en su momento se les sacó y que vino para aquí”. El Padre Olaran agradeció muchísimo el apoyo que recibo y dejó muy claro que “todas las aportaciones nos llegan. Que si alguien se pregunta si llega su euro que dona, también se pregunte porque derrocha dos euros en cosas que no tienen importancia y son prescindibles”.
Hemos recogido numerosas imágenes de muchos momentos mágicos e inolbidables de la estancia del misionero Ángel Olaran y los ‘ángeles de Wukro’ del día 17 al 24 de septiembre.
También tenemos de agradecer a todas aquellas entidades, empresas y personas que nos han ayudado y han colaborado en hacerlo posible. Sin ellos no lo hubiéramos conseguido, y queremos darles nuestro más sincero agradecimiento por hacer felices a los niños. Tanto Ángel Olaran (Abba Melaku) como los jóvenes etíopes fueron recibidos en todos los sitios con los brazos abiertos y con mucho cariño. Seguro que el recuerdo que se llevaron les acompañará para siempre.
Podéis encontrar el resumen en imágenes de la semana mágica con Ángel Olaran y los niños de Wukro en este enlace
Otras informaciones sobre la semana mágica en nuestro blog
