La muerte de George Floyd está despertando conciencias humanas
El Padre Ángel Olaran nos escribe desde Wukro, Etiopía, porque no ha sido ajeno a la oleada de indignación y protestas a lo largo de todos los Estados Unidos en contra del racismo, la xenofobia y los abusos policiales hacia ciudadanos de raza negra. El misionero vasco comenta que la muerte de George Floyd está despertando conciencias humanas.
George Floyd, un hombre afroamericano estadounidense que murió por asfixia por falta de oxígeno provocada por el oficial Derek Chauvin. Tras ser esposado y puesto boca abajo presionándole contra el pavimento con la rodilla apoyada sobre el cuello de Floyd, quien mientras era detenido, repitió varias veces la frase «I can’t breathe» (en español, «No puedo respirar»).
A continuación, publicamos las reflexiones del Padre Olaran sobre la muerte de George Floyd y sobre el movimiento activista Black Lives Matter (en español, «Las vidas de los negros son importantes») que surge en los Estados Unidos en las comunidades afroamericanas y que realizan campañas contra la violencia ejercida hacia personas negras que se han reproducido durante el mandato del presidente Barack Obama.
Reflexiones del Padre Ángel Olaran:
Black Lives Matter
La muerte de George Floyd ocurrió el 25 de mayo; a las pocas horas el asesinato era ya noticia en el mundo entero. Y sigue siendo. La muerte de George Floyd está despertando conciencias humanas.
La frase ”Black Lives Matter” parece ser una reacción contra un supuesto: “only white lives matter” (solo las vidas blancas importan) algo ´comprensible´ en la época de la esclavitud, pero no ahora. Creo que solo en el caso de que se debiera esculpir, que no lo creo: White Lives Matter, podría esculpirse Black Lives Matter; Red Lives Matter. . . Si en la frase lo fuerte es la vida, la vida está intrínsecamente unida a cada color por igual; si lo fuerte es el color: todos los colores intrínsecamente unidos entre si ‘participan’ a una misma vida.
Con todo, está consiguiendo un sentir humano muy favorable, quizás un despertar conciencias en la población humana, al margen de fronteras, nacionalidades. Su muerte nos une. Una vida cuenta. La tragedia de Floyd, según información recibida, ocurrió porque un empleado de una tienda llamó a la policía sospechando que una persona quería pagar con $20 falsos. Difícilmente a un sospechoso que no se enfrenta, no tiene arma alguna y está esposado, se le puede anular de la manera que muestra la foto. El mismo policía fue juez y ejecutor. Quizás para el asesino el hecho de que fuera negro fue suficiente razón para matarlo. . . INCALIFICABLE. Y si hubiera quien le felicitara, o simplemente le apoyara. . . difícilmente podría calificarse a esa persona. El incalificable de alguna manera lo califica.
Tres días después
El 28 de Mayo, tres días después del asesinato de George Floyd, el periódico El País comunicaba: ”la pandemia arrastra a otros 86 millones de niños a la pobreza”, y según la organización Save the Children, el número de estos menores pobres, para finales del 2020 llegará a 672 millones. Y muchos de ellos, posiblemente la mayoría sean negros. Este informe realizado por Save the Children y Unicef basa sus conclusiones en las proyecciones económicas del FMI y el Banco Mundial. La información de El País continúa: ”según la Universidad de John Hopkins, esta nueva situación provocaría la muerte de 1,2 millones menores de 5 años, en tan solo seis meses”.
Y eso no ha sido noticia, ni aún ya sabiéndolo, a muchos no nos creará malestar alguno.
Sin quitar el menor rechazo a la repugnancia del asesinato de George, parece haber algo por encima de la noticia que haya creado esta conmoción mundial: ¿la foto? ¿el momento: ha sido el ´chivo expiatorio´ sobre la que echamos todos nuestros horrores, errores. . .??? Si solo es el hecho de haberlo matado, limpiaría nuestros sentimientos humanos.
El informe continúa: “Por su parte, el Banco Mundial anunciaba el pasado 19 de mayo ayudas por valor de 160.000 millones de dólares (143.380 millones de euros) a disposición de los países en desarrollo».
Banco Mundial, FMI, ONU, UNESCO con todas sus organizaciones a favor del desarrollo del Tercer Mundo, del Mundo Empobrecido. . .
Graham Hancock
Dando un paso atrás de unos 20 años Graham Hancock, en su libro “Lords of Poverty” informaba cómo el presidente del Banco Mundial, dirigiéndose a los 10.000 invitados, siendo Graham uno de ellos, celebrando el encuentro anual, les dijo: ”Nuestra institución es muy rica económicamente y en experiencia, pero su trabajo quedará en nada si no somos capaces de ver el mundo a través de los ojos de los más desfavorecidos, si no podemos participar en sus esperanzas y miedos. Estamos aquí para servir sus necesidades, para ayudarles a que descubran su poder, su potencial, sus aspiraciones. . . Acciones colectivas contra la pobreza global es el fin común que nos une hoy, aquí. Por ello debemos de re-dedicarnos en la consecución de este gran bien” (pag.38).
El autor continúa. Mirando a los 10.000 asistentes no era difícil darse cuenta de que no eran las personas adecuadas para llevar a cabo ese noble objetivo; si no bostezaban o dormían en las sesiones plenarias se encontraban disfrutando de toda una serie de cócteles, comidas, ´meriendas´, cenas, aperitivos de medianoche, dignos de los más profesionales gormands. La factura de los 700 eventos preparados para los asistentes durante la semana se estimó en 10 millones de dólares. Con una lista de todo tipo de comidas, y todas en abundancia, vinos de alta calidad importados. . . llegando a la extravagancia.
También el FMI en sus encuentros frecuenta los mismos súper hoteles, el Shoreham en este caso. Según el manager de las bebidas, la exquisitez del FMI demanda champanes internacionales. Cenas de 200$ cubierto. Todo esto ocurría en Washington (pág. 38-39.58). Con largas colas de limusinas, colapsando el tráfico, a 44 dólares la hora con un contrato de no menos de 10 horas día.
Más Hancock
Hancock comenta que los miembros de todas estas instituciones internacionales, comenzando por la ONU consideran este súper privilegiado estilo de vida como un derecho que va con su cargo; como un premio para recompensar “sus grandes sacrificios”, en lo que, de alguna manera parecen creer – no como un estilo de vida incrustado en su hipocresía (pág. 40).
No resulta raro que estos súper pagados burócratas se hayan organizado, sin el menor escrúpulo, de tal manera que, aun siendo despedidos, tengan derecho a recibir del Banco Mundial, un promedio de un cuarto de millón de dólares por persona.
Cuellar, siendo Secretario General del FMI, defendía que era una política necesaria que los empleados de la ONU recibieran sueldos más altos que los funcionarios mejor pagados en el mundo, para estimularlos y aceptaran todo lo que conlleva su trabajo (96). Según Hancock, muchos de ellos, además de ser incompetentes, en las únicas reuniones que estaban a por todas, forzaban, exigían eran las que tratan sus subidas de salarios.
En la contraportada del libro Graham informa: 60.000.000.000 de dólares anuales para apoyar a los pobres. Y en el transcurso del libro hace ver que entre el 80 % y 90 % de esos millones se queda entre los sufridos burócratas como bonos, dietas, viajes, bacanales. . .
El libro comienza con un poema de Ross Coggins, que acaba: “¡basta de versos – vamos con la misión! Nuestro campo es tan amplio como la condición humana. Pedimos a Dios, que la promesa bíblica se mantenga: Los pobres siempre los tendréis con vosotros”.
No muchas oraciones habrán sido tan escuchadas como ésa: 86 millones nuevos de pobres – solo de niños. No sería de extrañar que más de uno de estos burócratas diera gracias a Dios por enviarles el Covid19.
Preguntas
¿Qué ocurrirá con los 143.380 millones de euros que el Banco Mundial tan “generosamente” ofrece a los pobres? Dinero recaudado de los impuestos de los de a pie. ¿Cuántos millones de esos niños, muchos negros, se unirán a los 25.000, también negros muchos de ellos, que mueren ya diariamente? ¿Cuántos de estos burócratas seguirán festejando a costa de tanta muerte inocente? Del poema arriba indicado: “Hablamos de malnutrición mientas comemos chuletas, a la vez que planeamos conferencias sobre el hambre y durante los descansos tomando té las inundaciones de Asia o la sequía de África. Nos enfrentamos a cada situación con la boca abierta”.
Cuando hago referencia al salto de 20 años atrás, me refiero al tiempo transcurrido desde la edición del libro en mis manos 2001 a hoy. Posiblemente la administración y burocracia de la ONU haya mejorado. Seguimos contando con unas 170.000 personas que mueren al día porque les falta un plato de alubias, con muchos millones de familias pobres y es conocimiento común que sus grandes instituciones aún se quedan con un 75% del ‘presupuesto’ en mano. A pesar de esta imagen tan derrotista, me uno al sentir de Jean Ziegler, en el penúltimo párrafo de su libro. “Hay que cambiar el mundo” : ”Pero esta sociedad civil (el Foro Social Mundial), dotada especialmente con las armas de una ONU regenerada, abre el horizonte de un mundo por fin más humano”.
Que el asesinato de George Floyd nos lleve a este mundo más humano, a abanderar a las más de 200.000 personas que morirán diariamente, porque les va a faltar un plato de alubias. De Jesús se dijo: “es necesario que uno – en aquel caso, él – muera por el pueblo”. Ojalá el asesinato de George, al menos ante Dios, tenga ese valor redentor y nos salve de caer en el espíritu del consumismo por mínimos que sean nuestros recursos, abriéndonos, si procediera, hasta a poder dar de lo que necesitamos a quienes más necesitan.
Ángel
Reflexiones del Padre Ángel Olaran que nos manda desde Wukro, Etiopía, sobre la muerte de George Floyd.