Conferencia del misionero Ángel Olaran en Solsona
Conferencia del misionero Ángel Olaran en Solsona
La conferencia del misionero Ángel Olaran en Solsona acercó la información de la situación de Tigray a la ciudadanía de Solsona en una conferencia celebrada el miércoles 8 de marzo a las 11 de la mañana en el Saló de les Homilies d’Organyà (Biblioteca Carles Morató). El título de la charla era: ‘Tigray, la guerra no contada’. Una pregunta: ¿Cómo puede ser que la guerra más cruenta del siglo XXI nos haya pasado desapercibida? Tigray se prepara para el futuro.
El conflicto del Tigray es uno de los panoramas de los conflictos contemporáneos olvidados, a pesar de que suma más de 600.000 muertos y más de dos millones de desplazados, el carácter de guerra y del poder federal, sumado a la situación geográfica del Cuerno de África y el bloqueo humanitario e informativo.
Ángel Olaran es un misionero vasco que lleva de más de cincuenta años con su labor humanitaria en África. Primero estuvo veinte años en Tanzania, y posteriormente, en Wukro, una población de unos cuarenta mil habitantes en la región de Tigray, en el nordeste de Etiopía. En Wukro llegó a principio de los años noventa para hacer una escuela de secundaria, pero terminó ayudando a miles de huérfanos, ancianos, colectivos de personas vulnerabilizadas, etc.
La labor de Abba Melaku (padre Ángel), como se conoce Ángel Olaran en Etiopía, recibe el apoyo de la Fundació CIS Ángel Olaran consiguiendo fondos económicos a través de donaciones de empresas y particulares y de actividades solidarias.
Ángel Olaran explicó a los asistentes al Acto la situación del Tigray que ha acontecido en los dos años de guerra en Etiopía, que ha ocasionado más de 600.000 víctimas, y destacó la resiliencia de su gente para continuar adelante y mirar hacia el futuro.
El padre Olaran marchó el 20 de octubre de 2021 hacia Etiopía. A causa del conflicto bélico etíope y del asedio que sufría la región del Tigray, no fue hasta casi tres meses después cuando pudo llegar a su destino final, Wukro. Era el 11 de enero de 2022. Han tenido que pasar más de 15 meses para que pudiera salir de Tigray y poder venir. “Necesitaba estar allí (Wukro) porque era mi familia”. Durante este tiempo, “Poco a poco surgieron posibilidades y pudimos aprovecharlas porque con el dinero enviado de aquí se pudieran comprar alimentos”, debido a que tiene claro “la necesidad que ahora las familias tengan la alimentación asegurada, pero también la de darles un microcrédito para que mañana puedan empezar a alimentarse solas; y posteriormente, ir a por otros proyectos. “En Europa hay potencial más que suficiente para estos proyectos. La actitud de Tigray es ayudar a todos los que quieran apoyarnos y facilitarlo todo”.
La última vez que vino fue a finales de octubre del 2020. Solo unos días después, y coincidiendo con su estancia en Mollerussa, el primer ministro etíope y Premio Nobel de la Paz, Abiy Ahmed, declaró la guerra al TPLF y empezó una ofensiva militar llamada Operación “Ley y Orden” contra Tigray.
El Tigray, en estos dos últimos años de conflicto, ha sufrido el bloqueo gubernamental de su región, con respecto a informativo, de comunicación y humanitario. Esto ha hecho que el conflicto haya sido silenciado y la guerra más cruenta del siglo XXI nos haya pasado desapercibida. El gobierno etíope ha utilizado este bloqueo de Tigray como arma de guerra. Tigray ha sufrido la peor crisis humanitaria del 2022, por encima de la guerra de Ucrania. Amnistía Internacional ha documentado crímenes de guerra, violencia sexual y desplazamientos forzosos en Tigray. Lo calificó de campaña de depuración étnica y exigió a Etiopía que abordase la responsabilidad de estos crímenes.
Ángel Olaran se muestra decepcionado con las instituciones internacionales: “ya no esperamos nada”; habla de la guerra en Etiopía, que no ha cambiado nada políticamente, que el acuerdo de paz de Pretoria (Suráfrica) de principios de noviembre de 2022 se podía haber conseguido el día siguiente al conflicto y haberse evitado “que a 600.000 personas se los matara sin motivo”. También, se podía haber evitado “la violación de mujeres con mucha brutalidad, con una deshumanización brutal”; que la ONU informó de estas violaciones, pero “la nota fue leída, comunicada, pero fue a parar al cesto de la basura porque nunca se ha hecho nada sobro esto”. “No han hecho ningún paso para solucionar el problema de Tigray”.
El misionero tiene claro que Tigray luchó para defenderse de los ataques muy motivados por luchar por su tierra, y que “nadie pidió al gobierno etíope declarar que Tigray es una región de Etiopía, que no son terroristas y que se podía negociar con ellos”. De este modo, evitar que “lo convirtieran en un campo de concentración, sin poder entrar ni salir, sin alimentación, ni medicamentos”. “Si a la gente los dejan mover, y si los bancos funcionan, la gente saldrá adelante, porque quieren salir adelante”. Después del acuerdo de paz de hace unos meses, “la orden de la ONU que tenía que entrar camiones con ayuda no se ha cumplido del todo y solo ha ido llegando con cuentagotas”. “Se dice que se ha enviado ayuda humanitaria, pero ha sido de la más mínima”. “He visto lo que comen en las casas, y admiro como pueden los niños tener tanta vitalidad”. Según el misionero vasco, “el que preocupa es la falta de alimentación de los niños de cinco meses hasta los cinco años por los problemas que puede tener su cerebro”. “Esto es un crimen contra la humanidad”.
El futuro de Wukro, Tigray, pasa por continuar apoyando su labor, porque como él nos manifiesta “son muchas las familias necesitadas de microcréditos para rehacer sus vidas”. Además de la necesidad de empezar proyectos de “apoyo a la agricultura para que más familias tengan acceso al regadío y se liberen de la escasez que tienen. Con la cosecha de este año apenas han tenido para cubrir las necesidades de dos meses y han vuelto a ingresar en la lista de los necesitados de ayuda”.
Conferencia en la Universitat de Lleida
Al día siguiente, el misionero Ángel Olaran y Doctor Honoris Causa por la Universitat de Lleida, ofreció una nueva conferencia con el mismo título: «Tigray, la guerra no contada». Si lo deseas, puedes verla en la publicación: Conferencia del misionero Ángel Olaran en la Universitat de Lleida.